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El estado de las fuentes de agua dulce en el planeta

·         Aunque el agua cubre cerca de las tres cuartas partes de la superficie terrestre, sólo una fracción es agua dulce si no se cuentan los campos de hielo. Cerca de la mitad de las fuentes de agua dulce del planeta se encuentran en América del Sur, casi una cuarta parte en Asia y el cuarto restante se lo reparten los habitantes de América del Norte, América Central, Europa, Australia, África y el Oriente Medio.

·         La mayor parte del agua que usamos se emplea en el cultivo de alimentos: el riego se lleva unos dos tercios del total del agua que consumimos. Las actividades industriales y económicas ocupan menos de un tercio y lo que queda va para usos domésticos comunes, la mayoría de baja calidad, como regar el césped o tirar la cadena del baño. Los hombres y las mujeres usan el agua de manera diferente: el hombre tiende a usarla para riego y otras empresas y la mujer para fines domésticos.

·         La distribución del agua a menudo no es equitativa y varía según la clase, género e incluso grupo étnico. Para empeorar las cosas, generalmente los pobres pagan más por el agua que los ricos.

·         En la actualidad se están usando todas las mejores y más baratas fuentes de agua. En algunas regiones ya nos estamos acercando a los límites: en el Medio Oriente, por ejemplo, ya se ha extraído el 58% del total del agua dulce razonablemente disponible. En Europa del Este la cifra alcanza a un 41%.

·         Aunque hay otras estrategias técnicamente factibles para aumentar la provisión de agua, como la desalinización de agua de mar o el transporte de grandes volúmenes por acueductos o tanqueros, no sólo son complicadas y caras, sino que es probable que su costo ecológico y político sea demasiado alto.

·         Para un número cada vez mayor de personas, la calidad del agua representa una amenaza comparable a la de una provisión insuficiente. Ya hay más de mil millones de personas que carecen de acceso a un agua potable segura y 3 mil millones que no tienen acceso a sistemas básicos de alcantarillado.

Las opciones futuras

·         La manera más barata y eficiente de aumentar la oferta de agua dulce es manejando la demanda: reduciendo el despilfarro y dándole más usos a cada gota para aumentar su eficacia.

·         Los enfoques del pasado que favorecían proyectos de gran envergadura y capital intensivo llevaron agua a muchos hogares y granjas, pero no cumplieron lo que prometían.

·         Los treinta años de investigación aplicada apoyada por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) de Canadá, ofrecen un nuevo enfoque a los esfuerzos mundiales por frenar la demanda de agua y aliviar la pobreza: el manejo del agua localmente.

·         La experiencia en todo el mundo muestra lo siguiente:

o        La escasa provisión de agua se puede usar de manera más sustentable si se la maneja localmente.

o        El manejo local faculta a las personas, especialmente a los pobres y desfavorecidos.

o        El manejo local tiende a preferir las soluciones más tradicionales en vez de las nuevas.

o        Los sistemas hídricos locales deben ser manejados dentro de marcos vinculados al manejo de cuencas y a niveles altos de gobierno.

o        El manejo local funciona mejor cuando las personas a cargo de formular políticas toman en cuenta en sus decisiones las lecciones que ofrece la investigación en el terreno.

·         Los enfoques centrados en el manejo local del agua de eficacia probada son:

o        Provisión de agua en pequeña escala, como por ejemplo la recolección de agua de lluvia;

o        Tratamiento y reutilización de aguas residuales para mejorar el saneamiento y obtener agua apta para riego;

o        Pruebas de la calidad del agua en la comunidad de modo que las comunidades rurales aisladas puedan monitorear la calidad de sus fuentes de agua potable;

o        Manejo de cuencas y riego, con el fin de mejorar la productividad del suelo y reducir el considerable despilfarro por riego.

Lecciones sacadas de la investigación apoyada por el IDRC

·         Es mejor asumir que las condiciones son peores de lo que parecen cuando se manejan fuentes de agua subterránea y acuíferos. Por ejemplo, las tasas de bombeo y los niveles de contaminación casi siempre son mucho más altas que las estimadas.

·         Aunque las innovaciones sencillas pueden producir grandes beneficios, con frecuencia las personas encargadas de tomar decisiones no toman en cuenta ni a los grupos pequeños ni las soluciones simples.

·         Los factores sociales y económicos siempre son importantes cuando se trata del manejo del agua a nivel local. Tanto investigadores como formuladores de políticas deben entender estos factores para asegurar el éxito de los programas de manejo local del agua.

·         La escasez obliga a buscar soluciones de compromiso. Para determinar de manera equitativa quién obtiene qué, cuándo, y por cuánto se necesita capacidad institucional; es decir, la capacidad de recopilar y evaluar información, de deliberar, de ejecutar las políticas y de responder de manera responsable a los miembros de la comunidad. El desarrollo de esta “capacidad institucional”  se necesita tanto para el manejo local del agua como para las decisiones sobre manejo sustentable de otros recursos.

·         Las prácticas tradicionales cambiarán sólo cuando la gente percibe que el cambio aportará beneficios y para ello hay que convencerlos del valor del cambio.  Se deben desarrollar soluciones social y culturalmente aceptables, que no vayan en contra de la tradición local.

Aumentar la dimensión e ir más allá del servicio a hogares para incluir poblados o vecindarios es una solución que favorece a los ricos por el hecho de requerir capital o grandes extensiones de terreno. Si  no se toman en cuenta estos efectos de desigualdad se puede empeorar aún más la situación de los sectores más pobres y desfavorecidos.

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