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MontérégieVerde valle de apetitosos tesoros
Entre Montreal y la frontera con Estados Unidos se extiende un hermoso valle de aspecto tranquilo: ¡Montérégie! Salpicada por colinas, atravesada por el sosegado curso del río Richelieu y bordeada por el río San Lorenzo, esta región fundamentalmente agrícola propone un sinfín de posibilidades gastronómicas. El cultivo de manzanas y de hortalizas, la fabricación de chocolate, la ganadería y la viticultura invitan al visitante a degustar las especialidades de esta región e incluso a recoger frutas y verduras por sí mismo. Los amantes de la buena mesa cuentan con itinerarios como el Circuito del Campesino y la Ruta de las Sidras. Montérégie invita al esparcimiento y a la evasión con sus numerosos campos de golf, sus cinco grandes ciclovías interconectadas (500 km), sus senderos de excursión y de esquí de fondo, sus parques, sus teatros, sus anticuarios y su impresionante red de hospedajes turísticos. Tesoros culturales
En este paisaje se muestran al visitante campos, bosques y ríos, fuertes, lugares históricos y residencias de época. Hay que decir que la región es rica en historia. Por ejemplo, puede visitar el canal de Chambly, abierto a la navegación desde 1843, cuyas esclusas funcionan en su mayoría a mano, y el lugar histórico nacional del Fuerte de Chambly, construido en 1709, testigo de diferentes conflictos armados en los siglos XVII y XVIII. El Santuario de Notre-Dame-de-Lourdes, cuyo origen remonta a los años 1870, es un lugar de peregrinación muy visitado. Por último, para impregnarse de la riqueza cultural de Montérégie, donde han vivido grandes artistas como Paul-Émile Borduas, Jordi Bonet y Ozias Leduc, es imprescindible visitar el Museo de Arte de Mont-Saint-Hilaire.Islas de verdor
Montérégie es ante todo un sinfín de espacios verdes. El Parque Nacional de las Islas de Boucherville, formado por cinco islas en medio del río San Lorenzo, cerca del centro de la ciudad de Montreal, es frecuentado por los amantes de las caminatas, de la bicicleta, de la canoa y de la observación de las aves. El Parque Nacional de Mont-Saint-Bruno da acceso a cinco lagos, a varios huertos, a un molino histórico y a decenas de kilómetros de senderos para caminar. En esta montaña se encuentra además una estación de esquí muy visitada por su proximidad con Montreal. El Centro Natural de Mont-Saint-Hilaire, reconocido como Reserva de la Biosfera por la Unesco, es el refugio de 185 especies de aves y de mamíferos anfibios.
¡Déjese seducir por los paseos campestres en Montérégie!
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