Introducción

El "Plan para la preservación de colecciones" perfila varias de las medidas que pueden utilizarse para evitar, controlar o frenar el deterioro potencial de los objetos albergados en instituciones.

En cada franja horizontal del cuadro se listan nueve agentes de deterioro que afectan a los objetos en instituciones y el tipo de daño que cada uno puede producir. Los cinco primeros agentes (fuerzas físicas directas; robo, vandalismo y desplazamiento; fuego; agua y plagas) se encuentran extendidos por todo el mundo. Los últimos cuatro (contaminantes; radiaciones; temperatura incorrecta; y humedad relativa incorrecta) afectan particularmente a las instituciones que protejen el patrimonio cultural. Estos agentes de deterioro se presentan por orden de importancia según su potencial de daño sobre los objetos. Cada término elegido describe a un agente destructor. Por ejemplo,
la "temperatura" por si sola no produce ningún daño, pero una "temperatura incorrecta" si.

Las columnas verticales, muestran tres niveles diferentes en los que los agentes de deterioro pueden ser controlados: Elementos estructurales del edificio; Equipamiento y materiales; y Medidas y procedimientos. Los Elementos estructurales del edificio y el Equipamiento y materiales figuran separadamente porque, en general, para ellos se destina diferente presupuesto y personal, y porque se abordan en diferentes ocasiones a lo largo de la vida de una institución. Ademas, se pueden sub-dividir teniendo en cuenta la localización de los objetos: en Almacén, en Exhibición, o en Tránsito. La columna de Medidas y procedimientos permite al personal y a los contratistas entrar en acción una vez concluidas las otras fases.

Es posible que no sea necesario o viable aplicar todas las medidas de control en todas las instituciones. Cada institución deberá decidir cuales son las medidas más eficaces según su colección, los objetivos y los recursos disponibles.

Cada cuadro en el que esta dividido el Plan contiene cinco etapas : Evitar, Detener-Impedir, Detectar, Actuar, Recuperar-Tratar, que son indicadas por las iniciales E, D-I, D, A y R-T, y figuran en orden descendente de prioridad. Por ejemplo, si se logra evitar un agente no será necesario detenerlo, detectarlo, actuar contra él o recuperar de su acción. Si un factor no puede evitarse o impedirse, se deberá pasar a las otras tres etapas. Las cuatro primeras corresponden a la conservación preventiva. La última de ellas, Recuperar-Tratar, incluye la reparación, la conservación y la restauración del objeto dañado.
Estas etapas se explican en detalle a continuación.

Con un permiso del Instituto canadiense para la Conservación, una traducción española del póster "Plan para la preservación de colecciones" fue producido por l’Asociación para la Conservación del Patrimonio Cultural de las Américas y la Biblioteca del congreso.