Etapas de respuesta
Evitar: Cada agente de deterioro tiene el potencial de producir daño a los objetos albergados en instituciones. Por lo tanto, debemos evitar sus origenes y las condiciones propi-cias para su desarrollo. Aunque esto no sea siempre posible, es preferible evitar el agente para no tener que tratar sus consecuencias por medio de otras medidas de control.
Detener-Impedir: Detener e impedir los agentes de deterioro es la forma más práctica de manejar la situación. Si un agente no puede ser evitado, deberemos impedir que ataque o llegue al objeto. Por ejemplo, los corta-fuego forman una barrera contra incendios; los medios de exclusión sirven para prevenir la presencia de plagas; y, existen barreras que frenan la humedad y los contaminantes.
Los recintos cerrados y los contenedores tienen una particular importancia en las instituciones. El recinto del edificio puede ser diseñado de manera de que no solo detenga el fuego, los delincuentes o el agua, sino también las plagas, la contaminación, los rayos UV y la luz innecesaria, así como la temperatura y humedad relativa incorrectas. Los contenedores portátiles (vitrinas de exposición, armarios, cajas, bolsas, frascos, etc.) son tan importantes como las características estructurales del edificio al impedir que los agentes de deterioro lleguen a los objetos.
Detectar: Si un agente de deterioro no puede ser evitado ni detenido, debemos detectar su presencia en la colección, ya sea directamente o por los daños causados. Por ejemplo se puede detectar el origen de las fuerzas físicas directas o los daños causados por éstas.
Una inspección permanente de la colección es necesaria para detectar a tiempo los nuevos daños . La frecuencia de las inspecciones dependerá de la velocidad de actuación y del grado de riesgo de cada agente. Por ejemplo, una supervisión permanente es necesaria para detectar incendios y delincuentes immediatamente, ya que éstos actúan rápidamente y pueden constituir grandes riesgos. Sin embargo, una vigilancia periódica es suficiente para detectar aquellos agentes más lentos tales como plagas, contaminantes, o los que supongan riesgos leves.
Actuar: Una vez detectada la presencia de un agente de deterioro, se han de tomar medidas. Antes que nada, es necesario establecer con anterioridad un plan de respuesta. La velocidad de la respuesta depende de la velocidad de acción del agente de deterioro y el grado de riesgo. Cada minuto cuenta cuando hay que actuar contra un incendio, una inundación o contra delincuentes, pero el personal puede tomar un día o más si se trata de plagas o humedades. Toda actividad deberá continuarse hasta erradicar el agente de deterioro.
Recuperar-Tratar: Cuando se agotan todos los recursos para controlar el daño causado por un agente de deterioro, debe iniciarse la recuperación y tratar el objeto afectado. A menudo se trata de operaciones de limpieza, consolidación y restauración del objeto. Sin embargo, otras veces los daños son irreparables. Algunas colecciones incluyen el edificio donde se encuentran. Una vez dañados, instalaciones o edificios recientes pueden ser reparados o reconstruidos, pero esto es difícilmente aceptable en los edificios históricos. Por consiguiente, es mejor establecer estrategias de prevención y control y a fin de no tener que llegar a esta etapa.
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